14 Diciembre 2013/
El sábado 14 de Diciembre, vivimos un momento único, esperado por mucho tiempo de parte de los voluntarios y jefes del Comedor Solidario, había llegado el tan ansiado “paseo de fin de año” Carolina Romero, jefa de las actividades del Comedor comenta que “partimos rumbo a Reñaca Alto como un Sábado más del año, con la diferencia de que llevábamos el auto más cargado y todos íbamos muy ansiosos. Llegamos al lugar de encuentro, la capilla María Madre Admirable, y frente a esta se encontraba un bus. Cargamos algunas cajas y las subimos al bus, en donde nos esperaban todos los niños sentados, y al vernos nos saludaron con un fuerte ¡Hola tíos!. Una vez ya todos arriba, dimos inicio a nuestro primer paseo de fin de año, que se realizaba en el comedor solidario. Gritos y risas inundaban el lugar, y algunos voluntarios preocupados de que todos fueran seguros, pero sobre todo, se sentía esa alegría en cada uno de los integrantes del bus. El bus se detuvo, e ingresamos con todos los niños al “Jardín Botánico”. Las tías comenzaron a cocinar y los voluntarios y niños fueron a recorrer el recinto.”
El paseo tenia la finalidad de terminar el año de manera distinta, fuera de los límites tradicionales, llevando a más de 25 niños junto algunas familias, al Jardín Botánico, quienes nos abrieron sus puertas, para vivir una gran experiencia. “Se notaba que los niños estaban muy ansiosos, unos curiosos y los más osados, se atrevieron a escalar el cerro. Luego de explorar los alrededores, volvimos al lugar de inicio, donde las tías nos esperaban con unos ricos completos y helados. En la tarde fuimos conocer todo el parque, recorrimos senderos, cruzamos puentes, observamos la flora y fauna, hasta que llegamos al destino tan esperado, “la laguna”. Los niños corrieron al ver a lo lejos la laguna, en donde sobre ella reposaban patos. Al finalizar el recorrido de la laguna, ingresamos a una cueva, una nueva experiencia para muchos de los niños de nuestro comedor. Los más pequeños comenzaron a quedarse dormidos, y fueron arrullados en los brazos de algunos adultos, esto dio muestra del cansancio que se presentaba. Recogimos nuestros bolsos y paquetes, y nos subimos al bus. Había finalizado, para muchos, el día más bonito vivenciado con los niños de la capilla “María Madre Admirable”.”
Al terminar la jornada, Carolina nos cuenta “Al ver a algunos niños aún con una gran sonrisa en la cara, y otros ya exhaustos, sentí que el objetivo del paseo se había cumplido, que nuestros niños de Reñaca Alto conocieran más allá de su barrio, disfrutaran una tarde con personas que los quieren, y que olvidaran aunque sea por unas horas, todo lo que deben enfrentar día a día.”